Poemas da colombiana Piedad Bonnett que traduzi a convite do editor do blog português Poesia, vim busca-te.


À borda.

Terrível é a borda, não o abismo.
Na borda
há um anjo de luz no lado esquerdo,
um longo rio escuro no direito
e um estrondo de trens que abandonam os trilhos
rumo ao silêncio.
Tudo
quanto treme na borda é nascimento.
Somente da borda vê-se a luz primeira
o branco-branco
que nos cresce no peito.
Nunca somos mais homens
que quando a borda queima nossas plantas desnudas.
Nunca estamos mais solitários.
Nunca somos mais órfãos.



EN EL BORDE

Lo terrible es el borde, no el abismo.
En el borde
hay un ángel de luz del lado izquierdo,
un largo río oscuro del derecho
y un estruendo de trenes que abandonan los rieles
y van hacia el silencio.
Todo
cuanto tiembla en el borde es nacimiento.
Y sólo desde el borde se ve la luz primera
el blanco -blanco
que nos crece en el pecho.
Nunca somos más hombres
que cuando el borde quema nuestras plantas desnudas.
Nunca estamos más solos.
Nunca somos más huérfanos.




O REAL

NUNCA PERGUNTES PELA HISTÓRIA REAL
MARGARET ATWOOD



Nunca perguntes pela história real.

A realidade, já sabes, está sempre
mais além dos feitos,
mais aquém da sombra que cresce nas palavras.
Como esses reflexos de quando éramos pequenos
que morriam ao nascer em nossas mãos
deixando-nos desiludidos.

Ademais,
uma história não o é até ser contada.
Se vivida foram pedaços de tempo que enleamos,
contada é ramo seco
que colhemos do gelo coalhada de cristais.

Não perguntes
pela história real:
nunca teve voz o deus que a conhece.



LO REAL

NUNCA PREGUNTES POR LA HISTORIA REAL
MARGARET ATWOOD



Nunca preguntes por la historia real.

La realidad, ya sabes, está siempre
más allá de los hechos,
más acá de la sombra que crece en las palabras.
Es como esos reflejos que cuando éramos niños
morían al nacer en nuestras manos
dejándonos burlados.

Por lo demás,
una historia no es tal hasta que no se cuenta.
Si vivida fue trozos de tiempo que anudamos,
contada es rama seca
que sacamos del hielo cuajada de cristales.

No preguntes
por la historia real:
nunca ha tenido voz el dios que la conoce.